martes, 27 de julio de 2010

El derecho-deber educativo de los padres

La fotografía de los queridos amigos Carmenchu y Horacio con su familia, me sirve de cabecera para un interesante artículo tomado de la página del Opus Dei sobre la misión educativa de la familia.
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A ejemplo de la Sagrada Familia, los padres son cooperadores de la providencia amorosa de Dios para dirigir a su madurez a la persona que se les ha confiado, acompañando y favoreciendo, desde la infancia hasta la edad adulta, su crecimiento en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres.

Juan Pablo II sintetizaba toda esta doctrina, explicando que eran tres las características del derecho-deber educativo de los padres:

- es esencial, por estar vinculado con la transmisión de la vida humana;

- es original y primario, respecto al papel de otros agentes educativos –derivado y secundario–, porque la relación de amor que se da entre padres e hijos es única y constituye el alma del proceso educativo;

- y es insustituible e inalienable: no puede ser usurpado ni delegado completamente. Consciente de esta realidad, la Iglesia ha enseñado siempre que el papel de los padres en la educación «tiene tanto peso que, cuando falta, difícilmente puede suplirse».
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De hecho, el oscurecimiento de estas verdades ha llevado a muchos padres al descuido, e incluso al abandono, de su papel insustituible, hasta el punto que Benedicto XVI ha hablado de una situación de «emergencia educativa», que es tarea de todos afrontar.

En consecuencia, ante la “emergencia educativa” de la que habla Benedicto XVI, el primer paso es volver a recordar que la meta y el motor interno de la educación es el amor. Y que, frente a las imágenes deformadas del auténtico rostro del amor, los padres, partícipes y colaboradores del amor Dios, tienen la capacidad y la gozosa misión de transmitir, de manera viva, su verdadero significado.

La educación de los hijos es proyección y continuación del mismo amor conyugal y, por eso, el hogar familiar que nace como desarrollo natural del amor de los esposos es el ambiente adecuado para la educación humana y cristiana de los hijos. Para éstos, la primera escuela es el amor que se tienen sus padres. A través de su ejemplo reciben, desde pequeños, una auténtica capacitación para el amor verdadero.

jueves, 15 de julio de 2010

Con sus propias palabras.


Del estupendo blog de Bia, la dolce vita , copio esta entrada muy interesante. La traducción va por mi cuenta y espero que Bia la apruebe. Hacer que los niños escriban postales puede parecer algo anticuado. Sin embargo está lleno de sentido. Les enseña la vigencia de la palabra escrita, les ayuda a expresarse, les enseña el orden, y con picardía les forma en muchas otras virtudes.

Los viajes internacionales llevan mucha planificación.
  • Hay tantos detalles para organizar
  • Tantas decisiones para tomar.
  • Tantas cosas para pensar: ¿impermeables o paraguas? ¿alquilar una camioneta grande o dos autos? ¿Pompeya o Herculano? ¿Capri o no Capri?
Pero sobre todo, sabíamos que queríamos que nuestros chicos apreciaran y entendieran la riqueza de este viaje, siendo ellos mismos los cronistas de sus aventuras. Los diarios de viaje estaban “demodés”. No lo aceptarían , con lo que nos decidimos por una idea que funcionó bien para nosotros hace cuatro años, en su primer viaje a Italia: les pusimos a escribir y enviar tarjetas postales a sí mismos.
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Era sencillo: después de un día dedicado a pasear, cada uno seleccionaba una postal y registraba los aspectos más destacados de la jornada. La tarjeta postal era el medio perfecto, porque no sólo era una foto de lo visto, sino que además limitaba el espacio de “tortura” –escribir el diario- al mínimo.

Ahora que volvimos a casa, comenzaron a llegar por correo las tarjetas postales. Roma, Nápoles, Verona, Capri, Sorrento... en definitiva, nuestras vacaciones italianas en sus propias palabras.

Dear Me,
Hoy visitamos el palacio real de Caserta. Fue hermoso, donde se filmó Star Wars: The Phantom Menace. Caminando por los patios, me corren escalofríos cada vez que creo que Jar Jar Binks estaba allí.
Nicolás

Dear Me,
San Pedro es una hermosa iglesia. Hay un lugar afuera que si te paras sobre él, todas las columnas detrás de la delantera desaparecen, por lo que sólo se ve la del frente. Vimos donde fueron sepultados la mayoría de los papas.
Jonathan

Dear Me,
Me encanta Verona. Fui a cazar ranas con Martha.
Timothy

Dear Me,
Ahora estamos en Verona, donde vive la familia de mi Nonna. Esta ha sido mi parte favorita del viaje. También compré FIFA 09 ' para mi DS.
Jonathan

Dear Me,
Roma fue “cool”! El Coliseo fue genial, pero el Foro fue que un montón de ruinas viejas. San Pedro fue el punto culminante, pero el Museo del Vaticano fue terriblemente doloroso.
Nicolás


¡Gracias Bia!