Me gusta más hablar de virtudes que de valores. No es una mera cuestión de palabras, sino un problema de fondo acerca del significado. Las virtudes sólo se pueden enseñar de manera indirecta. En cambio, se pueden aprender directamente, viviéndolas.La persona ha de hacerse a sí misma. Un principio que parece aceptable es éste: el hombre "es", pero "no está hecho". Cuando nace es sólo una posibilidad, la posibilidad de un proyecto todavía no determinado. Por supuesto, que la persona no puede hacerse sola, ni hacer de ella cualquier cosa que le apetezca. Porque haciendo "cualquier cosa" no llegará a ser la persona que quiere ser. Además, en ella influyen otros muchos factores, que condicionan la trayectoria de la biografía que para sí elija. Pero los condicionamientos no son tantos ni tan vigorosos que anulen la libertad. Ser libre significa tener la vida en las manos. Lo que resulte dependerá del uso que se haya hecho de la libertad. Siempre estamos eligiendo. Incluso, cuando no elegimos estamos eligiendo "no elegir". Con la libertad nos "hacemos". Pero hay muchas personas que en el empeño de "hacerse a sí mismas" se "deshacen". Por otra parte, hay también personas muy "deshechas" que, con la ayuda de otros, se "rehacen". Durante nuestra vida hay momentos en que "nos hacemos" y otros en los que "nos deshacemos". El resultado depende de muchas circunstancias y de otras personas, que no hay tiempo de analizar ahora. Pero el resultado de nuestra actividad depende del "proyecto" que cada uno se haya hecho para su propia vida. Siempre que actuamos lo hacemos por algo y para algo; cuando actuamos nos proponemos un fin, una meta. Si no lo hiciéramos así, nuestro comportamiento no tendría sentido; en el fondo significaría que no tenemos proyecto alguno y probablemente nuestras acciones non podrían llamarse humanas: serían meros actos reflejos, como los de los seres irracionales. Para realizarse como persona, es menester tener un proyecto racional, pensado, algo en lo que se ha reflexionado y sobre lo que se ha decidido. Decidir hacer algo es decidir-se a sí mismo en esa misma dirección. Determinar algo es determinarse.
lunes, 31 de mayo de 2010
Virtudes y valores
Me gusta más hablar de virtudes que de valores. No es una mera cuestión de palabras, sino un problema de fondo acerca del significado. Las virtudes sólo se pueden enseñar de manera indirecta. En cambio, se pueden aprender directamente, viviéndolas.La persona ha de hacerse a sí misma. Un principio que parece aceptable es éste: el hombre "es", pero "no está hecho". Cuando nace es sólo una posibilidad, la posibilidad de un proyecto todavía no determinado. Por supuesto, que la persona no puede hacerse sola, ni hacer de ella cualquier cosa que le apetezca. Porque haciendo "cualquier cosa" no llegará a ser la persona que quiere ser. Además, en ella influyen otros muchos factores, que condicionan la trayectoria de la biografía que para sí elija. Pero los condicionamientos no son tantos ni tan vigorosos que anulen la libertad. Ser libre significa tener la vida en las manos. Lo que resulte dependerá del uso que se haya hecho de la libertad. Siempre estamos eligiendo. Incluso, cuando no elegimos estamos eligiendo "no elegir". Con la libertad nos "hacemos". Pero hay muchas personas que en el empeño de "hacerse a sí mismas" se "deshacen". Por otra parte, hay también personas muy "deshechas" que, con la ayuda de otros, se "rehacen". Durante nuestra vida hay momentos en que "nos hacemos" y otros en los que "nos deshacemos". El resultado depende de muchas circunstancias y de otras personas, que no hay tiempo de analizar ahora. Pero el resultado de nuestra actividad depende del "proyecto" que cada uno se haya hecho para su propia vida. Siempre que actuamos lo hacemos por algo y para algo; cuando actuamos nos proponemos un fin, una meta. Si no lo hiciéramos así, nuestro comportamiento no tendría sentido; en el fondo significaría que no tenemos proyecto alguno y probablemente nuestras acciones non podrían llamarse humanas: serían meros actos reflejos, como los de los seres irracionales. Para realizarse como persona, es menester tener un proyecto racional, pensado, algo en lo que se ha reflexionado y sobre lo que se ha decidido. Decidir hacer algo es decidir-se a sí mismo en esa misma dirección. Determinar algo es determinarse.
sábado, 29 de mayo de 2010
Manzanas podridas
“Manzanas podridas”, primer documental sobre la crisis de los abusos sexuales y la respuesta de la Iglesia.
Roma, 24 de mayo 2010. Benedicto XVI afirma que la crisis de los abusos sexuales no es un ataque “de enemigos de fuera, sino que nace del pecado de la Iglesia”. Se refiere a los sacerdotes indignos que han abusado de menores. El documental “La manzana podrida”, recién producido por la agencia televisiva internacional Rome reports
“Manzanas podridas. La Iglesia ante los abusos sexuales” (45 minutos, versiones en español e inglés) analiza la confusión inicial en la Iglesia sobre quién y cómo debía resolver estos casos, y explora en detalle la actuacion de Joseph Ratzinger, como cardenal hasta el 2005 y como Papa Benedicto XVI desde entonces, para hacer frente a este grave problema. “Ha sido muy difícil para nosotros como Iglesia reconocer todo lo que ha pasado”, asegura el presidente de los obispos de Canadá tras acompañar a un grupo de víctimas a un encuentro con el Papa. “El hecho de que Benedicto XVI actuase en el caso Maciel pocos meses después de su elección fue la señal a los católicos de que 'hay un nuevo sheriff en la ciudad'. O lo que es lo mismo, que desde ahora nadie será intocable”, explica el vaticanista John Allen, testigo privilegiado de lo que ocurre tras los muros vaticanos.
El documental se remonta a los años 80, cuando algunas víctimas comienzan a denunciar a obispos por no haber separado de los niños a los sacerdotes delincuentes. Viaja a Estados Unidos, donde la política de “tolerancia cero” está dando buenos resultados; y a Irlanda, donde la pésima respuesta a los abusos ha provocado un auténtico shock a los católicos y ciudadanos en general. “Durante décadas existía la cultura de proteger el buen nombre de la Iglesia. Significaba mantener escondido el abuso. Había una moralidad tribal en el clero porque su deber más importante era mantener a salvo a los miembros del club en peligro”, comenta Allen. También recoge el testimonio dolorido de las víctimas. Walter, de Canadá, recuerda que “ese año fue una auténtica pesadilla. Yo era un niño de siete años y no entendía nada. Era demasiado pequeño”. Lawrence, de Malta, confiesa cómo logró perdonar tras su reciente encuentro con el Papa pues “él ha tenido el coraje de dar la cara por otros que nos han hecho mucho daño”. El documental presenta la experiencia del psicólogo jesuita Hans Zollner, quien ha trabajado con víctimas de abusos para ayudarles a reencontrar la paz, y traza un retrato robot de los agresores.
“Manzanas podridas” descubre la táctica de los agresores para atraer a sus víctimas: “Les aíslan emocionalmente con atención privilegiada, regalos y favores que no puede rechazar. Les permiten hacer cosas que sus padres les impiden, como beber alcohol o conducir. Además, llega a convencer al menor de que tiene la culpa de estas perversiones”.
En el capítulo de prevención y soluciones, “La manzana podrida” visita un seminario americano para mostrar cómo se seleccionan los futuros sacerdotes. Los candidatos deben superar exámenes de madurez de su personalidad y test psicológicos para evaluar si serán capaces de vivir el celibato. “Si descubrimos comportamientos inapropiados, pedimos al seminarista que se marche”, explica uno de los psicólogos. “Manzanas podridas” ha sido adquirido por cadenas televisivas de Estados Unidos y América Latina, y solicitada ya por emisoras de Francia, España, Polonia y Portugal. ROME REPORTS es una agencia internacional de noticias televisivas en Roma, Italia, especializada en el Papa y el Vaticano. Entre sus catorce documentales figuran títulos como "Benedicto XVI, La Aventura de la Verdad", "Pío XII y el Holocausto", “Juan Pablo el Grande”, “Pablo de Tarso”, etc.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Divorcio
Clemente Ferrer nos informa sobre el drama del divorcio: El matrimonio no es simplemente una unión afectiva privada. Es un bien social. No es para todas las personas. Pero en los matrimonios sanos, niños, mujeres y hombres, son mas felices que los divorciados. Esto se debe a que el matrimonio favorece las buenas relaciones entre padres e hijos. Al llegar a adultos, los hijos disfrutan de mayor unión con sus padres que los hijos de los de los matrimonios rotos por el divorcio. En Estados Unidos, el 30% de los jóvenes de padres divorciados tiene malas relaciones con su madre, frente al 16% de los hijos cuyos padres siguen casados. Y en la relación con el padre, el 65% tiene malas relaciones si está divorciado; pero si siguen casados, la proporción baja al 29%. Los niños de padres divorciados los ven con menor frecuencia y sus relaciones son menos cordiales que las existentes entre hijos y padres cuando estos están casados y mantienen el vínculo.Por último, el matrimonio es también un seguro contra la pobreza de madres e hijos. El divorcio hace que queden más desprotegidos económicamente. Los cambios en la estructura familiar son una causa importante de que las personas caigan en la pobreza. Lo que más hace subir la pobreza infantil es el aumento de familias monoparentales. Cuando el matrimonio se rompe, es más probable que los hijos sufran pobreza grave y persistente. Entre una quinta y una tercera parte de las mujeres que se divorcian caen en la pobreza tras la ruptura.“El estado de los casados es un estado noble y santo y muy preciado por Dios”, afirmó Fray Luis de León.
domingo, 2 de mayo de 2010
Operación "pánico moral".
Massimo Introvigne, sociólogo italiano director del Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (CESNUR), recuerda en un artículo en Avvenire (16-04-2010) una campaña nazi de 1937 dirigida por el ministro de propaganda Joseph Goebbels para desacreditar a la Iglesia católica. Se basó en algunos casos reales de abusos sexuales cometidos por miembros del clero católico, pero amplificados y distorsionados.
“Casos de abusos sexuales salen a la luz cada día contra un gran número de miembros del clero católico. Por desgracia, no se trata de casos individuales sino de una crisis moral colectiva en una dimensión tan horrorosa y desconcertante como quizá la humanidad nunca ha conocido. Numerosos sacerdotes y religiosos son reos confesos. No hay duda de que los miles de casos que han llegado al conocimiento de la Justicia representan solo una pequeña parte del total, ya que muchos abusadores han sido cubiertos y ocultados por la Jerarquía”. Un editorial del New York Times del 2010?, se pregunta Introvigne. “No: un discurso del 28 de mayo de 1937 de Joseph Goebbels (1897-1945), ministro de Propaganda del Tercer Reich.”
Goebbels montó la operación en 1937 cuando Pío XI publicó la encíclica contra la ideología nazi
“Este discurso, de gran resonancia internacional, es el culmen de una campaña lanzada por el régimen nazi para desacreditar a la Iglesia Católica involucrándola en un escándalo de sacerdotes pedófilos. 276 religiosos y 49 sacerdotes seculares fueron arrestados en 1937. Las detenciones se realizaron en todas las diócesis alemanas, para que los escándalos se mantuvieran continuamente en la primera página de los periódicos”.
“El 10 de marzo de 1937 con la encíclica Mit brennender Sorge el papa Pío XI condena la ideología nazi. A finales del mismo mes el Ministerio de la Propaganda guiado por Goebbels lanza la campaña contra los abusos sexuales de los sacerdotes.”
A partir de unos pocos casos reales se lanzó una campaña para presentarlos como si fuera una crisis moral colectiva en la Iglesia. Introvigne explica que en 1937 el jefe del contraespionaje militar alemán, el almirante Wilhelm Canaris, desaprueba la maniobra de Goebbels contra la Iglesia y encarga al abogado católico Josef Muller que lleve a Roma una serie de documentos secretos sobre el tema. Pío XII encarga al jesuita alemán Walter Mariaux que estudie los documentos.
Introvigne considera que esta maniobra de Goebbels es un típico caso de creación de lo que los sociólogos llaman un “pánico moral”. Como siempre en estos caos, en la base hay hechos reales, pero sistemáticamente amplificados en número y distorsionados en su interpretación.
Antes de la publicación de la encíclica, había habido en Alemania algunos casos de abusos de menores. El mismo Mariaux considera culpables a un religioso de una escuela de Bad Reichenall, a un profesor laico, a un jardinero y a un bedel, condenados en 1936. Pero la sanción decidida por el Ministerio de Educación de Baviera –la revocación de la autorización para gestionar centros de enseñanza a cuatro órdenes religiosas– fue totalmente desproporcionada y refleja la voluntad del régimen de atacar a las escuelas católicas.
“Los casos de abusos –poquísimos, pero reales– habían provocado una firme reacción del episcopado. El 2 de junio de 1936 el obispo de Münster, Clemens August von Galen (1878-1946) –alma de la resistencia católica al nazismo, beatificado por Benedicto XVI en 2005– hace leer en las misas dominicales una declaración en la que expresa ‘el dolor y la tristeza’ por los ‘abominables delitos’ que ‘arrojan ignominia sobre nuestra Iglesia’”.
“ El 20 de agosto de 1936, tras un caso que afecta a algunos franciscanos de Waldbreitbach, el episcopado alemán publica una carta pastoral colectiva en la que ‘condena severamente’ a los responsables y subraya la colaboración de la Iglesia con los tribunales estatales.” Al mismo tiempo, “los obispos hacen notar que entre los maestros de las escuelas estatales y en la misma organización juvenil del régimen, la Hitlerjugend, los casos de condenas por abusos sexuales son mucho más numerosos que entre el clero católico”.
“Lo que determina la gran campaña de 1937 es la encíclica de Pío XI contra el nazismo”, señala Introvigne. “Mariaux lo prueba a través de las detalladísimas directrices enviadas por Goebbels pocos días después de la publicación de la Mit brennender Sorge, dirigidas a la GESTAPO, la policía política del Tercer Reich, y sobre todo a los periodistas, invitados a ‘descubrir’ los casos juzgados en 1936, e incluso episodios más antiguos, reproponiéndolos constantemente a la opinión pública”.
De todos modos, en aquellas fechas todavía se mantenía cierta independencia de los tribunales. “De los 325 sacerdotes y religiosos detenidos después de la encíclica solo 21 fueron condenados. Y es casi seguro que entre estos había inocentes calumniados. Casi todos acabarán en campos de concentración, donde muchos morirán”.
El intento nazi de descalificar a la Iglesia a escala internacional no triunfó. Gracias al coraje de Canaris y a la constancia del investigador jesuita Mariaux, la verdad saldrá a la luz durante la guerra. “La perfidia de la campaña de Goebbels suscitará más indignación que la eventual culpabilidad de algunos religiosos. El origen de todos los ‘pánicos morales’ en materia de sacerdotes pedófilos les explotará en las manos a los mismos propagandistas del nazismo que habían tratado de organizarlo”.